domingo, 27 de abril de 2008

El barrio Vessenots en Auvers (1890)

Saludos desde mi rinconcito particular...Hoy la pintura que trato tiene un significado especial. Esta es la primera obra de Vincent que yo pude ver cuando tenía 16 años, en Madrid en el Museo Thyssen. Cuando la tuve frente a mi pude hacer realidad mi sueño, poder contemplar una obra de mi artista preferido. Luego, por circunstancias de la vida, he tenido la ocasión de volver a ver esta obra de nuevo y otras muchas otras de él y espero en Junio volver a tener frente a mis ojos la obra de Van Gogh, ya que tengo en mente planeada una pequeña escapada a Madrid...


Tras haber pasado una temporada en el sanatorio de Saint-Rémy a consecuencia de una de sus últimas crisis, Vincent decide pedir el alta voluntaria y trasladarse a Auvers, lugar en el cual vivió hasta acabar sus días. Durante este último periodo trabajó de una manera agotadora día a día, sin apenas descansar. Es en esta etapa cuando realiza este lienzo, El barrio Vessenots en Auvers. Aquí vivía el Doctor Gachet. En mi opinión el cuadro es una mezcla de sensaciones; por un lado el colorido es "encantador", con un uso exquisito del color, ya que emplea tonos amarillos, verde pistacho, azul. o blanco, (el color blanco estuvo reflejado en esta última etapa de su vida en multitud de sus obras). Esta armonía de colores se mezcla con unas pinceladas intensas y muy marcadas, con trazos en continuo movimiento (dan sensación de inestabilidad o nerviosismo). Destaca el amplio paisaje con trigales, el cual ocupa la práctica totalidad del cuadro, y al fondo en un segundo plano las casas de Vessenots y las colinas.
Creo que Vincent quería transmitir una sensación de libertad en esta obra, cómo una "liberación" después de haber pasado un tiempo ingresado en el Sanatorio de Saint- Rémy. Y para ello empleó colores muy luminosos así cómo una amplia perspectiva para plasmar este trabajo. Aunque también estaba atravesando momentos personales muy duros en estos últimos meses de vida, los cuales acabarían llevando a Van Gogh al suicidio. Esta inestabilidad emocional se palpa en sus pinceladas y queda reflejado en sus últimos trabajos. Sin lugar a dudas una obra plagada de sentimientos y sensaciones encontrados, y cómo no, de ese toque de misterio que rodea la vida y obra de Vincent.

sábado, 19 de abril de 2008

Almendro en flor (1890)

Saludos a todas y todos desde mi rinconcito! He pensado hablaros de esta obra de Vincent porque me transmite muchos recuerdos, por diversos motivos: fué de las primeras obras que conocí del artista, me transmite alegría y paz por el colorido y el hecho de escoger estas bonitas flores. Además me trae recuerdos de mi pueblo porque cuando me asomaba a la ventana de mi casa veía los almendros en flor y sabía que la primavera empezaba a asomarse frente a mis ojos.

El significado de la obra no puede transmitir más ternura; Vincent se entera en enero de 1890 que ha sido tio, y es que Johanna la esposa de su hermano Théo ha dado a luz a un niño, al cual llaman Vincent Willem cómo su tío y padrino. Van Gogh al enterarse de esta feliz noticia está radiante y pleno de felicidad. Es por ello que decide dedicarle una obra a su nuevo sobrino. Y de ahí la idea de este bonito lienzo. Las hermosas flores blancas del almendro simbolizan el nacimiento de una nueva vida.
Cuando Théo y Johanna reciben el cuadro les parece tan hermoso que deciden colgarlo en la pared sobre la cuna del pequeño Vincent Willem.

El pintor se esfuerza en acabar con la mejor precisión esta bella tela y se afana en ello. Aquí se aprecian las pinceladas con más seguridad, el trazo es más preciso. El fondo pasa a un segundo plano para dar un mayor protagonismo al almendro y a sus delicadas flores. Vincent marca el contorno de las ramas con una línea oscura. El uso del tema floral presente en esta obra hace recordar la admiración que sentía Van Gogh por las estampas orientales.

Os voy a recordar lo que escribió Vincent a Théo en relación a esta obra: "El trabajo resultó bien; el último cuadro fueron ramas en flor. Ya verás, de mis trabajos es quizás el he pintado con más paciencia y mejor, con mucha calma y pinceladas más seguras".

viernes, 4 de abril de 2008

El Tejedor (Nuenen 1884)

En Septiembre de 1883 finaliza su estancia en la Haya y viaja sólo a Drente tras su ruptura con su mentor Mauve. Se refugió en una soledad que se hizo demasiado dura para Vincent, pero que le acompañó prácticamente toda su vida de una u otra manera.


A los tres meses regresó a su casa de Nuenen para instalarse en un estudio en una casa vecina a la parroquia. Allí pintó en mayo de 1884 El tejedor. Este aparece sentado frente a su telar, y en primer plano la gran maquinaria que ocupa casi todo el cuadro. En sentido metafórico Vincent quería dar la sensación de que la máquina "se tragase a la persona haciéndole formar parte de esta".

Merecen destacar la escasa luminosidad de la lámpara, así como la dureza del esfuerzo del obrero y la dignidad de la vida del trabajador. Aquí queda reflejada la implicación de Van Gogh en mostrar la dura vida de los obreros implicándose el mismo en sus trabajos como ocurriese en la mina. El también era un marginado y sabía lo duro que era sobrevivir en un momento social tan complicado. En su primera etapa son muchas las obras en las que aparecen campesinos, mineros, tejedores...

Era totalmente opuesto a la industrialización y al mundo de las máquinas, el cual "degradaba al ser humano", según sus propias palabras. Según Vincent: "el arte debía ser del pueblo y para el pueblo".

Sobre el tejedor se refirió: "En cuanto al trabajo, tengo entre manos un cuadro de grandes dimensiones sobre un tejedor. Con el telar de frente y la figura - una silueta oscura - recortada contra la pared blanca... Estos telares me van a dar todavía muchos quebraderos de cabeza, pero son unos temas tan hermosos, toda esa vieja madera de encina contra una pared grisácea; estoy plenamente convencido de que es bueno pintarlos". (Carta a Théo, 1884).