Carta a Théo:
¡Qué corta es la vida, y como es humo! Lo cual no es una razón para despreciar a los vivos, al contrario. Además tenemos razón para ligarnos más bien a los artistas que a los cuadros...
¡Qué corta es la vida, y como es humo! Lo cual no es una razón para despreciar a los vivos, al contrario. Además tenemos razón para ligarnos más bien a los artistas que a los cuadros...
Ahora estoy preparándome con otro modelo: un cartero con su uniforme azul, engalanado de oro, gran figura barbuda, muy socrática, republicano furioso como el viejo Tangúy. Un hombre más interesante que muchas personas (...) no hay un camino mejor ni más corto para mejorar el trabajo que hacer figuras. Además, me siento siempre con más confianza haciendo retratos, sabiendo que este trabajo es mucho más serio - esta tal vez no sea la palabra - pero me permite mejor cultivar lo que tengo.
La última semana no he hecho uno, sino dos retratos de mi cartero, uno de medio cuerpo con manos y la cabeza de tamaño natural, el buen hombre no aceptó dinero, pero era más caro comiendo, bebiendo conmigo, y le dí además la Linterna de Rochefort. En fin, he ahí un mal pequeño y sin importancia, en comparación de lo muy bien que ha posado para esto, y espero también pintar su recién nacido para dentro de poco, porque su mujer acaba de parir".
Van Gogh se refería así a su amigo el cartero Roulin de Arlés, el cual ayudó mucho a Vincent en sus comienzos, entre otras cosas a buscarle hospedaje. Posteriormente se ofrecería para posar como modelo para el pintor tanto el como su familia. Durante este periodo Vincent realizó multitud de retratos de la gente de Arlés.
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