En la otra carta se me olvidó darte las señas de aquí, que son provisionalmente plaza del Ayuntamiento en casa de Ravoux, y además, cuando te escribí, todavía no había hecho nada. Ahora tengo un estudio de tejados antiguos de caña, que tiene en primer plano un campo de guisantes en flor y trigo, sobre un fondo de colinas, un estudio que creo que te gustará.
Empiezo a darme cuenta que me ha sentado bien venir al sur para ver mejor el norte. Es como lo suponía, veo las violetas más en su lugar. Auvers es decididamente muy bello. Tanto que creo que será más ventajoso trabajar que no trabajar a pesar de que la pintura siempre está expuesta a golpes de mala suerte.
Es muy coloreado - hay bonitas casas de campo burguesas-, mucho más bonito que Ville d´Avray, etc. para mi gusto.
Parece ser que ha estado aquí Desmoulins, el que pinta el Japón, pero ya se ha ido. Si hacia el final de la semana pudieras mandarme dinero te lo agradecería. Lo que tengo me aguantará hasta entonces, pero no me dará para mucho más. Te pediría asimismo diez metros de lienzo, si no te supusiera un transtorno, pero si como estamos a finales de mes, esto no fuera posible, me podrías enviar veinte hojas de papel Ingres.(...)
Mi enfermedad sigue igual, estoy un poco desmejorado estos dias,; es que después de esta larga reclusión los dias se me hacen semanas.
Cuando puedas mándame para una temporada los Exercises au fusain de Bargue, los necesito sin falta. (...)
Un fuerte abrazo, Vincent.
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